El control de infecciones abarca todos los métodos para evitar el contagio de enfermedades provocadas por microbios. En esta sección nos centramos en uno de los elementos primordiales en cualquier ámbito sanitario: los guantes.Los guantes, al igual que la ropa quirúrgica o los cobertores, son equipos de protección que sirven como barrera frente a los microbios, en este caso aislando las manos del usuario. Contribuyen a reducir el riesgo de infecciones tanto entre los pacientes como para el propio profesional médico, además reducen la exposición de la piel a productos químicos o el riesgo de recibir pinchazos.Hay una amplísima variedad de guantes, pero en el ámbito médico se emplean principalmente dos tipos: guantes quirúrgicos, que suelen ser estériles; y guantes de examen, normalmente sin esterilizar.Los guantes de uso médico tradicional son de látex ya que ofrece una gran sensibilidad al tacto, comodidad y bajo coste. Como alternativa más moderna al látex se emplea el nitrilo, un material más resistente que el látex y con sensibilidad al tacto similar, su uso se extendió debido a los numerosos casos de alergia al látex. Además cabe destacar la presencia o no de polvo (normalmente maicena), pensado para lubricar el guante y facilitar su colocación, pero que puede conllevar riesgos por los restos que puede dejar, en este caso se suele emplear un revestimiento sintético que cumple la función lubricante.